El nombre de la cadena colombiana Pollos Frisby está en boca de todos. La empresa enfrenta un desafío complejo: la suplantación de su marca en España.
La Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) concedió el uso de la marca en Europa, aceptando los argumentos de Frisby España. Además, alegó que la compañía colombiana no ha demostrado un uso efectivo de su marca en el continente europeo en los últimos años. Esta decisión pone en jaque la exclusividad de Frisby Colombia en Europa.
Ante esta situación, se ha desatado un intenso debate en redes sociales y medios de comunicación sobre la difícil posición que enfrenta Frisby. Destaca el apoyo masivo de marcas colombianas que defienden la originalidad y autenticidad de la marca. Empresas como Alpina, Presto, Kokoriko, Crepes & Waffles, Auteco, Argos e incluso universidades, han expresado su solidaridad a través de publicaciones en redes sociales.
Expertos en propiedad intelectual subrayan la importancia de registrar marcas en mercados internacionales para prevenir este tipo de conflictos.
El caso Frisby no solo evidencia los riesgos de la propiedad intelectual en mercados globales, sino que también nos recuerda la importancia de proteger aquello que construimos con esfuerzo, dedicación y originalidad. La identidad de una marca no debe ser suplantada, debe respetarse.